Mi tortuga de tierra, que pronto cumplirá 7 meses de edad, enfermó hace unas semanas de resfrío. Afortunadamente, hoy se encuentra muy sana y activa.
Me veo en la obligación de contar este experiencia a fin de ayudar a otras tortugas que estén pasando por similar situación. Un resfrío no es algo común ni simple como parece; de no tratarse a tiempo, el cuadro puede agravarse hasta convertirse en neumonía, por lo que es muy importante detectar oportunamente los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas de una tortuga resfriada?
Los que yo pude observar en mi pequeña tortuga fueron los siguientes:
- Desgano para comer y beber
- Puede estar más quieta que de costumbre, o no
- Cabeza hacia arriba la mayor parte del tiempo. Para dormir, duerme con la cabeza afuera, bien levantada, para respirar mejor. Suele apoyar su cabeza en alguna piedra o pared
- Sueño interrumpido: se despierta numerosas veces (debido al punto anterior). Esto es por la dificultad para respirar.
- Estornudos: Mete su cabeza bruscamente hacia dentro, y puede hacerlo varias veces seguidas. Pueden estar acompañados por un silbido
- Mocos: En un comienzo, los estornudos pueden ser sin mocos. Si los hay, notamos humedad en su nariz, y posiblemente salgan pequeñas burbujas de moco
- Dificultad para comer, ya sea por su desgano, por los repetidos estornudos o porque le cuesta respirar
- Abre la boca seguido: como si bostezara, pero lo hace muchas veces y por tiempos más o menos prolongados. Esto es por lo difícil que le resulta respirar, para poder tomar más aire. Suele hacerlo también mientras está comiendo
Ante estos síntomas, hay que llevarla inmediatamente al veterinario, y asegurarse de darle calor y que, en lo posible, beba agua.
Si se debe viajar a otra ciudad, porque en la zona no existan veterinarios que puedan tratar a la tortuga, es fundamental que el viaje sea lo menos estresante posible y que conserve el calor. En mi caso, era un viaje de 1 hora y media, para el cual preparé:
- una caja de zapatos
- una bolsa de agua caliente
- paños
Llené la bolsa con agua templada, la coloqué dentro de la caja de zapatos. Encima coloqué unos paños de tela polar (para que la tortuga no se queme). Llevé a la tortuga dentro de esa caja, sin taparla, ya que si tiene un problema respiratorio, le complicamos aún más su dificultad para respirar.
O mejor todavía es llevarlas en un pequeño terrario. En todos los casos hay que lograr que sufra el mínimo estrés posible.
¿Cuál es el tratamiento?
El veterinario le inyectó un antibiótico en dosis muy ínfimas, debido al poco peso, tamaño y edad de mi tortuga (apenas tenía 6 meses). Y además, un antibiótico de suministro por vía oral, el cual no fue sencillo de administrárselo debido a su olor desagradable y a la imposibilidad de abrir su boca debido a lo pequeña que es la tortuga. Es allí cuando intenté todas las maneras posibles para que lo tomara. La tortuga ingiere el antibiótico a través de la comida y el agua, o bien abriéndole su boca.
El veterinario, de acuerdo al estado respiratorio, recomendará el tratamiento más adecuado para el mismo.
Para el que esté interesado, puedo brindarle los datos del veterinario que atendió a mi tortuga en la zona de San Luis, Argentina, debido a la escasez de veterinarios especializados en reptiles en este sector del país. Basta un comentario y le informo lo necesario. También existe una veterinaria especialista en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba (Argentina).
Su recuperación y estado actual
De a poco la fui notando más animada para comer. Para beber costó más, pero finalmente bebe como lo hacía normalmente. El calor fue fundamental. El moco desapareció y sus estornudos iban disminuyendo. Antes de transcurridas las 3 semanas desde que comenzó su tratamiento se curó. Hoy se encuentra muy bien de salud, muy activa y ahora más por el clima cálido que se está acercando. Ante cualquier consulta, ¡no duden en escribir!